En fechas recientes ha llamado la atención la información que en redes sociales y en los distintos medios de comunicación se ha publicado, sobre un aumento en el número de casos de influenza en Europa, lo que ha generado alarma en la población y que ha dado lugar a términos como «supergripa» o «flunami» para referirse al incremento de infecciones por influenza H3N2.
La pregunta que muchas personas se hacen, es si realmente estamos frente a un escenario distinto o más peligroso al que ya conocemos. Para entender la situación, nos dimos a la tarea de investigar un poco sobre este padecimiento y va un pequeño contexto.
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Al igual que ocurrió con la pandemia de Covid-19, existen países que, por su ubicación geográfica y por la forma en que se inician los contagios, experimentan los brotes de infecciones respiratorias antes que otros.
México, al estar más cerca del trópico, tiene un clima relativamente más templado, mientras que los países más al norte presentan condiciones de frío que favorecen la transmisión de virus respiratorios durante los meses invernales.
En la semana que finaliza, Inglaterra publicó su reporte epidemiológico sobre la temporada de influenza que actualmente enfrenta. El dato central es que cerca del 80 por ciento de los casos reportados corresponden a la variante H3N2.
Es decir, no se trata de un virus nuevo ni desconocido, sino de una variante que forma parte de los patrones habituales de la influenza estacional.
Hay tres elementos fundamentales que conviene subrayar:
Primero, la vacuna contra la influenza que se aplica de manera rutinaria ofrece protección frente a esta variante.
Segundo, los medicamentos antivirales que se utilizan para el tratamiento de la influenza continúan siendo eficaces.
Y tercero, no existe evidencia de que el H3N2 sea más letal que otras variantes previamente conocidas.
Entonces, ¿por qué se percibe tanto miedo alrededor de este aumento de casos? Una de las explicaciones más probables es el fenómeno conocido como escape inmunológico.
Esto significa que, aunque una persona esté vacunada o haya padecido influenza con anterioridad, el virus puede infectar nuevamente y permitir la transmisión durante algunos días.
Sin embargo, la función principal de la vacuna no es impedir por completo la infección, sino reducir de manera significativa el riesgo de enfermedad grave, hospitalización y muerte.
La vacuna permite que el sistema inmunológico reconozca al virus con mayor rapidez y responda de forma más eficiente. En términos prácticos, puede haber infección, pero el desenlace suele ser mucho menos grave.
¿Qué podemos hacer para protegernos?:
Primero, informarnos, ya que según los especialistas, no estamos ante una variante más letal.
Segundo, vacunarnos cada invierno, especialmente que lo hagan los grupos vulnerables: adultos mayores, personas con enfermedades crónicas o con sistemas inmunológicos debilitados.
Y tercero, retomar las medidas básicas de prevención que aprendimos durante la pandemia de Covid-19: ventilar espacios cerrados, lavarse las manos con frecuencia, utilizar cubrebocas cuando se presentan síntomas respiratorios y evitar acudir a reuniones o lugares concurridos si se está enfermo. Además de tomar vitamina C, para fortalecer el sistema.
Así, no estamos frente a una «supergripa», pero sí debemos tener cuidados.
Buen fin de semana, la frase: Ni en tiempo vuelve, ni la vida se repite. Sé feliz.
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Héctor Reyes
HÉCTOR REYES es experto en comunicación desde hace más de 27 años en diferentes dependencias y entidades públicas de Coahuila. Actualmente es Director de Comunicación del Municipio de Ramos Arizpe.
Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx
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