El ejercicio del gobierno, por parte de un individuo con serias limitaciones intelectuales, como López Obrador, no puede acarrear sino desgracias. El caso del rebrote del gusano barrenador en México es sólo un ejemplo de ello
Mucho hemos escuchado en la semana sobre el gusano barrenador, una plaga causada por una mosca cuya gracia consiste en depositar sus huevos en heridas, mucosas o cavidades húmedas de los animales de sangre caliente y cuyas larvas, literalmente, se comen vivo al animal del cual son huéspedes. El bicho puede infectar incluso a los humanos, pero lo hace más frecuentemente con el ganado vacuno.
¿Y cuál es la razón de tanto jaleo con el dichoso gusano? Esencialmente, la decisión anunciada por el Gobierno de los Estados Unidos de cerrar su frontera a la importación de ganado vivo procedente de nuestro país, lo cual afecta un mercado muy importante para México.
El cierre de la frontera fue provocado por la detección, en territorio nacional, de la referida plaga. Primero en ranchos de Oaxaca y Veracruz, y ayer en Yucatán. El punto fino: ¡hace más de tres décadas se había erradicado dicha plaga de nuestro país!
¿Cómo revivió? ¿A quién debemos agradecer el retorno de un parásito al cual se había logrado contener? La respuesta es simple: al inepto, incompetente y corrupto sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
En efecto, el sexenio en el cual se despreció el conocimiento científico, la técnica y hasta el sentido común es el responsable de un problema cuya contención no será sencilla y le va a costar al país muy caro… porque también será un proceso largo.
La afirmación anterior no es una especulación o un producto de la imaginación, sino una realidad puntual de la cual existe evidencia contundente: en el pasado, el esfuerzo por erradicar el gusano barrenador de nuestro país tomó 20 años de trabajo y disciplina constantes.
Más aún: después de haberse declarado la erradicación del parásito, en 1991, los gobiernos de México y Estados Unidos -los cuales trabajaron de la mano para lograr el objetivo- mantuvieron un mecanismo de vigilancia del problema por dos décadas más, a fin de asegurarse del resultado.
En otras palabras, el numerito completo, la ocasión anterior en la cual se detectó el problema y se le puso atención, requirió más de cuarenta años de esfuerzo hasta poder cantar victoria, en 2013.
Bastó un solo gobierno inepto, encabezado por un individuo esencialmente imbécil, como López Obrador, para dar al traste con todo ese esfuerzo y regresarnos, otra vez, a la casilla de salida. Un desastre monumental.
El problema no es sencillo y no se va a resolver con discursos. Nuestros vecinos del norte ya cerraron la frontera a la importación de ganado proveniente de México y no van a revertir pronto tal decisión. Menos aún si la presencia del gusano barrenador sigue confirmándose en más puntos de la geografía nacional, como ocurrió ayer.
Tampoco ayudará el titubeo del Gobierno de Claudia Sheinbaum en este sentido. Resistirse a clausurar la frontera sur de nuestro país, para cerrarle el paso al ganado proveniente de Centroamérica, donde la plaga es endémica, solamente agravará la situación y prolongará la negativa de los Estados Unidos a reactivar la importación de ganado mexicano.
ARISTAS
Los pejezombies jamás lo aceptarán, pero la evidencia la hemos tenido a la vista siempre: nadie, a quien le tome 14 años concluir una mísera licenciatura, puede ser considerado poseedor de una inteligencia destacada. Menos aún se le puede catalogar como brillante.
Y eso tuvimos en la Presidencia de la República el sexenio pasado: un individuo con serias limitaciones intelectuales cuyas respuestas a los fenómenos de la realidad no podían ser -como lo fueron- sino estúpidas. Hoy pagamos las consecuencias.
¡Feliz fin de semana!
@sibaja3
carredondo@vanguardia.com.mx

Carlos Arredondo
CARLOS ARREDONDO es periodista desde hace 30 años. Actualmente es Subdirector Editorial de Vanguardia, en Saltillo. Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx