El murmullo de las abejas (Sofía Segovia), publicado en 2015, la novela se sitúa en Linares, en el norte de México, en la época de la influenza española y los primeros años de la Revolución.
La trama arranca cuando la nana Reja aparece en el monte cargando un panal de abejas y un bebé recién nacido, Simonopio, con malformación facial, que será acogido por la familia Morales Cortés.
LEE MÁS DE LA AUTORA VALERIA X DE LA GARZA
Desde ese origen mágico-rural, la novela narra cómo Simonopio y la familia atraviesan enfermedades, ambiciones, traiciones y lo extraordinario que se filtra en lo cotidiano.
LO QUE LOGRA CON ÉXITO
1. Ambiente sensorial y evocación de territorio
Segovia trabaja con los sentidos de manera eficaz: los olores de lavanda, el sabor de la miel, el zumbido de las abejas o el ruido del viento en los árboles. Este registro sensorial crea una atmósfera inmersiva que convierte al lector en habitante del paisaje rural, más que en visitante de la historia.
2. Mezcla de lo real y lo simbólico
El niño Simonopio, sus abejas, su mutismo y su don para escuchar lo que otros no oyen, funcionan como metáforas poderosas. Segovia logra que lo mágico no sea algo fuera del mundo, sino un modo distinto de ver lo que “normalmente” queda oculto. Eso le da a la obra una capa simbólica que la eleva más allá de la novela histórica convencional.
3. Vínculos familiares y lealtad comunitaria
Aunque hay violencia, traición y abandono, la novela enfatiza el cuidado —la nana Reja, la madre Beatriz, el padrino Francisco— como fuerzas vitales. Ese contrapunto de ternura frente al caos funciona bien para que el lector conecte emocionalmente.
4. Contexto histórico bien integrado
La autora no olvida los grandes acontecimientos: la influenza española, la reforma agraria, la revolución, las tensiones entre campesinos y hacendados. Sin embargo, la historia no se vuelve solo manual de hechos: esos eventos se sienten como fondo, no como lección didáctica.
NO TANTO…
1. Ritmo desigual y extensión generosa
Para algunos lectores la novela se siente extensa. Las descripciones abundantes y los saltos entre narradores pueden ralentizar la progresión narrativa. En varios tramos, la densidad descriptiva acapara tanto que el pulso dramático pierde impulso.
2. Narradores múltiples y posibles confusiones
La voz narrativa cambia: a veces es Francisco-hijo, a veces otra perspectiva, a veces se mezcla. Esa multiplicidad añade riqueza, pero también exige que el lector mantenga concentración. En ciertos capítulos la transición de voz resulta abrupta.
3. Simbolismo que bordea lo explicito
El uso del niño “bendecido por las abejas”, del poder sobrenatural, de la malformación facial, se acerca tanto al arquetipo que hay momentos en que la novela se desliza de la complejidad simbólica al folclore adornado. Para quienes prefieren lo sutil, esa línea puede cruzarse.
4. Falta de aristas críticas más duras
Dado el contexto del cambio agrario, las tensiones de poder, la revolución, uno podría esperar mayor crítica hacia el terrateniente, mayor choque entre lo rural y lo urbano, o un enfoque más incisivo sobre la injusticia social. En El murmullo de las abejas, esos focos existen, pero quedan más como telón que como núcleo de la acción.
VALORACIÓN PERSONAL
El murmullo de las abejas es una novela que consigue lo que muchas aspirantes a saga histórica no alcanzan: Atraer sin perder sensibilidad, presentar lo extraordinario sin abandonar lo humano y hacer que México rural, con su historia, se sienta vivo ante el lector.
Para mí, alcanza un nivel literario digno de mención: no sólo por su contexto cultural, sino por haber construido un tono propio, donde el murmullo de las abejas no es solo metáfora, sino acto de escucha, memoria y esperanza.
Si tuviera que darle una calificación desde mi lente: 8.6 / 10.
La recalificación considera que si bien la novela tiene virtudes destacadas, ciertos ajustes de ritmo y profundidad podrían haberla impulsado a una obra más icónica.
¿PARA QUIÉN Y CUÁNDO?
- Recomendada para lectores que disfrutan de novela histórica con toques de realismo mágico, no estrictamente documental, pero profundamente evocadora.
- Ideal para quienes aman que el escenario, los olores, los sabores, las voces rurales formen parte del tejido narrativo.
- Menos recomendable para quienes buscan tramas ágiles, ritmo vertiginoso, o nitidez de enfoque en un solo narrador.

Valeria X de la Garza
Apasionada de las letras en construcción. Para ella, leer es un acto de resistencia y ternura. Transita en el noreste mexicano.
Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autora, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx
MÁS EDITORIALES, ARTÍCULOS Y REFLEXIONES EN ASÍ DICE