Manolo Jiménez es un Gobernador fuerte y tiene bien asidas las riendas del poder, pero en el contexto nacional está aislado. «El único PRI del país es el de Coahuila», me dice uno de los pocos líderes de oposición con ascendencia en el estado.
«El Gobernador tiene mandíbulas de cristal», pero nadie lo toca, advierte otro por separado. La segunda entidad en manos del PRI es Durango, pero el Gobernador, Esteban Villegas, es una nulidad.
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Por centrarse en la capital, cuyo alcalde es el panista Antonio Ochoa, abandonó al resto del estado. Los gomezpalatinos le pasaron factura en las pasadas elecciones y llevaron a la alcaldía a Betzabé Martínez Arango (Morena).
La incuria e ineptitud de Villegas provocó que la violencia resurgiera en La Laguna de Durango. Las autoridades de Coahuila y Torreón han extremado medidas en los cruces del río Nazas para evitar que la ola criminal se expanda.
La deuda pública de Durango es la mayor de los últimos 14 años. En 2011 sumaba 5,837 millones de pesos (mdp), y al cierre de julio pasado se ubicó en 11,099 mdp. La deuda per cápita estatal (5,759 pesos) es la octava más alta y rebasa el promedio nacional (4,713), de acuerdo con el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados.
En un país donde Morena gobierna 24 estados, Coahuila es la última trinchera de un
PRI agónico. Su población, de poco más 3.4 millones de habitantes, representa el 2.6% del total nacional y ocupa el lugar número 15 (Instituto Nacional de Estadística y Geografía).
En términos de Producto Interno Bruto su posición es la novena, con una caída de 0.26% el año pasado (Fondo Monetario Internacional/Wikipedia). Coahuila aparece entre las entidades más seguras del país y Saltillo, dentro las 10 mejores ciudades para vivir, según la fuente. Jiménez no ha afrontado por ahora escándalos ni conflictos que pongan a prueba sus maxilares. Los partidos de oposición tampoco tienen noqueadores.
El Gobernador no ha tenido roces con la presidenta Claudia Sheinbaum como
Humberto Moreira y Miguel Riquelme los tuvieron con Felipe Calderón у Andrés
Manuel López Obrador por mero afán protagónico.
Las condiciones, además, no son las mismas. Calderón era un Presidente débil, a merced del PRI y de los poderes fácticos. AMLO tenía mayoría absoluta en el Congreso, pero al principio de su Administración la mayoría de los estados, las alcaldías y las legislaturas locales las controlaban el PRI y el PAN.
Sheinbaum gobierna con mayoría absoluta las cámaras de Diputados y de Senadores. Tres de cada cuatro gobernadores pertenecen a Morena, lo cual reduce la posibilidad de formar bloques opositores como el federalista que trató de medir fuerzas con AMLO, sin éxito.
La relación política de Jiménez con Sheinbaum no deja de ser ambivalente. El Ejecutivo local apoya las decisiones de la Presidenta a través de la Comisión Nacional de Gobernadores, dominada por Morena, pero en los actos públicos la omite. Las giras de Sheinbaum a Coahuila son a La Laguna y a la Región Carbonífera.
En la primera supervisa el Programa Agua Saludable; y en la segunda, el rescate de los 65 mineros de Pasta de Conchos que murieron en la explosión del 19 de febrero de 2006.
La Presidenta encabezó el 7 de noviembre desde Palacio Nacional el banderazo para la construcción de un nuevo tramo del tren Saltillo-Nuevo Laredo por medio de un enlace con el Gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal (Morena) y funcionarios federales.
La obra inició el 9 de septiembre en Salinas Victoria, Nuevo León, con la asistencia del gobernador Samuel García (Movimiento Ciudadano).

Gerardo Hernández
GERARDO HERNÁNDEZ es periodista desde hace más de 40 años en Coahuila. Director General de Espacio 4.
Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx
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