Cada año, el Buen Fin se posiciona como uno de los eventos comerciales más esperados en México, impulsando el consumo a través de atractivos descuentos y facilidades de pago.
Sin embargo, los meses sin intereses (MSI), que son la joya de la temporada, representan un riesgo creciente para los consumidores.
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Según datos recientes, el 42.1% de los tarjetahabientes termina con deudas prolongadas al no liquidar sus compras de manera total.
Durante la edición pasada del Buen Fin, en el 2024, las ventas alcanzaron 173 mil millones de pesos, un aumento del 15.5% respecto a 2023, de acuerdo con la Secretaría de Economía. Detrás de esta cifra récord se esconde una realidad preocupante: muchas de esas transacciones se convierten en compromisos financieros que duran meses o incluso años.
El problema radica en la falta de planeación, por ejemplo, en enero, muchos descubren que los meses sin intereses se mezclaron con otros compromisos y que sólo pueden pagar el mínimo. A partir de ahí, el crédito deja de ser una herramienta útil y se transforma en una deuda que crece sola.
Una de las prácticas más comunes tras las compras del Buen Fin es recurrir al pago mínimo mensual. Aunque parece una solución temporal, esta estrategia genera intereses acumulados que encarecen los productos adquiridos. Simplemente una compra de 1,000 pesos puede llegar a costar el doble si se mantiene este esquema de pago.
El panorama empeora durante las fiestas decembrinas, cuando los gastos familiares aumentan. En muchos hogares, más del 30% del ingreso mensual termina destinado a saldar deudas. Esto limita la capacidad de ahorro, incrementa el estrés financiero y afecta la estabilidad económica a mediano plazo.
Los especialistas coinciden en que la falta de educación financiera y el uso impulsivo de las tarjetas de crédito son factores que agravan el problema. Comprar sin evaluar la capacidad real de pago convierte una oferta en una carga difícil de sostener.
Aunque los meses sin intereses pueden ser una herramienta útil, es necesario aplicarlos con estrategia.
Consultando en diversas fuentes, encontramos varios pasos para evitar caer en el sobreendeudamiento.
Primero, hay que realizar un diagnóstico financiero: sumar todas las mensualidades y asegurarse de que no superen el 30% del ingreso de uno. Si lo hace, ajustemos los gastos. Segundo, pagar más del mínimo para reducir los intereses acumulados y acortar los plazos. Tercero, evitar adquirir nuevas deudas mientras se estabiliza la economía.
Además, planear y organizar nuestras finanzas usando herramientas que permitan visualizar nuestros compromisos y detectar fugas de dinero. Si los pagos mínimos nos mantienen atrapados, considerar consolidar nuestras deudas en una sola cuenta con mejores condiciones.
La diferencia entre una deuda inteligente y una carga financiera insostenible está en planificar, controlar los pagos y buscar apoyo antes de que las obligaciones rebasen tus ingresos.
El Buen Fin puede ser una oportunidad… o el inicio de un ciclo de deuda que puede durar todo el año. ¡Aguas!
Buen fin de semana, la frase: “Las ideas se roban, el talento… jamás”. ¡Ánimo!

Héctor Reyes
HÉCTOR REYES es experto en comunicación desde hace más de 27 años en diferentes dependencias y entidades públicas de Coahuila. Actualmente es Director de Comunicación del Municipio de Ramos Arizpe.
Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx
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