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Despertó Lucas

Dos detalles antes de entrar en materia de lo que fue la Jornada 6 de la Liga MX.

Primero.- El tema de los dobles contratos, en donde hubo una falsificación de firma por parte de la administración del Club Bravos de Juárez para no pagarle dos años de contrato a Jesús Dueñas, te habla de un modus operandi que todo mundo dejó pasar.

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Nadie dijo nada porque, lo hemos dicho hasta el cansancio, las casas de apuestas son los dueños de la Liga, y regentean también a las televisoras como a esas muchachas que fuman y mascan chicle.Y Bravos no es precisamente un club de futbol profesional. Su objetivo parece ser otro.

Si las cosas se hicieran correctamente en esta Liga, Bravos podría ser desafiliado por las maniobras tratando de evadir la ley y estafar a un futbolista profesional.

El otro tema: Las agresiones que sufrieron seguidores americanistas por parte de simpatizantes de Tigres es algo que debería sancionarse con más rigor. Tu equipo es trapeado en la cancha y te desquitas golpeando a los fans del otro equipo… aparte de cobardes, salvajes estos muñecos.

Obviamente no se trata de toda la afición, pero algunos cuantos descerebrados exhiben el cobre. No son tan valientes como para aventarse un tiro derecho, pero en bolita estos mugrosos animalitos de Dios son muy valientes para agredir.

No tienen huevos para exigirle a su equipo que le responda en la cancha y sí se meten contra otros aficionados.

El payaso con guantes, como buen argentino, buscaba hacer bronca al final del juego para desquitar el coraje de que los americanistas los hubieran exhibido.

Y bueno, ya hablando del juego.

Ya vimos que un equipo más hecho, como el América, te puede hacer ver mal, con bien poco. Porque nadie pensaría al ver el marcador que dominaron todo el juego y tuvieron la pelota siempre. La diferencia fue que sí supieron qué hacer con ella. «El campeón del mundo» no apareció e Ibáñez, anduvo perdido, algo normal en él.

Si ya es ridículo que un jugador como Érick Sanchez, que mide 1.40 ya con tacones, te haga un gol de cabeza en el área, lo es más que te haga otro con un tirito con una pelota que iba llorando y se movía en cámara lenta y el payaso con guantes no la alcanzó. Hace ocho años, la saca fácil. Hoy, la crema le hace resbalar seguido; ya que te metas un gol solo, por debajo de las piernas por andar adivinando, es más patético.

América no tuvo siquiera que emplearse a fondo. Y

ahora no fue suficiente el empuje de Bruneta; Herrera andaba medio apuñalado y Láinez tuvo un pase para el gol y adiós. No dio más. El problema de Tigres es que los que vienen de la banca no te dan más que los que ya tienes ahí, entonces, no esperes mucho.

Los Rayados, no sin apuros, vencieron al Mazatlán.

El 3-1 parecía normal, pero la segunda parte el Monterrey le entró la hueva ya no quiso ni pudo llegar. Ya sin hambre, sin sangre en el ojo, se dedicaron a cascarear y ya no inquietaron el arco sinaloense.

Es una vergüenza ver que un equipo parchado, confeccionado como Juárez, como una colcha de la abuela, de parches, con jugadores que nadie más quiere, venga, te haga dos y aparte casi te saque el empate en el último minuto.

Con mucha suerte ganaron, pero algo debe decirles Torrent a sus jugadores, en lugar de ironizar con los reporteros que no saben tanto de fútbol como su graciosa majestad, el ibérico que se siente Álvaro Núñez Cabeza de Vaca, regañando indios en la Nueva España, por no ser tan sabios como él.

A Ocampos le picaron el orgullo y ya se le hincharon los aguacates y se puso a jugar, luego de varios meses en la hamaca y cobrando religiosamente, sin rubor

alguno en sus mejillas.

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Reynaldo Márquez

Periodista desde hace más de 35 años en el norte de México. Ha colaborado en El Norte, ABC y otros medios. Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx