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Del frijol con gorgojo a los pollos podridos de Morena

La ruta de los moches y la intoxicación de 245 niños en Tijuana…

En Baja California, donde la sierra vigila y el desierto no olvida, se tejió una historia que no cabe en los boletines oficiales. De los escándalos en La Rumorosa a la intoxicación de niños en las primarias de Tijuana, los gobiernos de Morena convirtieron el alimento escolar en contrato político, y la nutrición en riesgo.

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Lo que debía ser asistencia se volvió negocio. Lo que debía ser cuidado se volvió cinismo. Y lo más grave: ese esquema gansteril y desaseado terminó poniendo en riesgo la vida de los niños.

Todo comenzó en 2019, cuando el gobierno de Jaime Bonilla Valdez apenas arrancaba. En el retén militar de La Rumorosa, elementos del Ejército Mexicano detuvieron a Einar André Hernández Garza, secretario particular de la entonces titular de Bienestar, con 4.7 millones de pesos en efectivo. El dinero no tenía destino claro, pero sí ruta política.

La denuncia formal ante la FGR fue presentada por quien esto escribe, documentando una red de corrupción donde funcionarios del gobierno estatal pedían “moches” a empresarios a cambio de contratos. Los sobornos se canalizaban como donaciones al programa Voluntariado con Bonilla, gente como tú, que supuestamente servía para otorgar desayunos escolares y apoyos comunitarios. Pero el desayuno era fachada. El moche era estructura.

En conversaciones filtradas entre Cinthya Gissel García Soberanes, exsecretaria de Bienestar, y Rosendo Colorado, subsecretario, se hablaba de 24 millones de pesos cobrados al empresario Humberto Valdez “El Huevero”, con la promesa de contratos para desayunos escolares y alimentos penitenciarios. El gobierno funcionaba como banda gánster: si no apoyabas, te echaban al SAT.

Y apareció Comercializadora Don Cacahuato S. de R.L., propiedad de Mario Abeyta Ruiz. El nombre sonaba a botana, pero el negocio era serio: más de 600 millones de pesos en contratos para despensas y desayunos escolares. La empresa ganó licitaciones sin competencia, entregó productos con porciones reducidas, y cobró como si alimentara a medio país.

Pero lo más grave vino después. Porque tras la salida de Bonilla, Marina del Pilar Ávila Olmeda no desmontó el esquema: lo perfeccionó.
Mantuvo al mismo proveedor. Mantuvo la opacidad. Mantuvo el eslogan: “Pancita llena, corazón contento”. Y el corazón contento terminó en urgencias pediátricas.

El 3 de octubre de 2025, 245 alumnos de seis primarias en Tijuana sufrieron intoxicación alimenticia tras consumir pollo en mal estado, servido como parte del desayuno escolar.
El proveedor: AB Alimentos Nutraseuticos Funcionales S.A. de C.V.
El contrato: más de 850 mil pesos diarios, sin auditoría ciudadana.

Las escuelas afectadas fueron:

  • Primaria 18 de Marzo (30 alumnos)
  • Juana de Asbaje (2 alumnos)
  • Margarita Maza de Juárez (19 alumnos)
  • José María Morelos y Pavón (100 alumnos)
  • John F. Kennedy (70 alumnos)
  • Fernando Montes de Oca (24 alumnos y 3 adultos)

La escena fue de emergencia. Bomberos, Protección Civil y Policía Municipal activaron protocolos tras múltiples llamadas al 911. Más de 40 niños fueron trasladados en ambulancia. Otros fueron llevados por sus padres a hospitales. La Secretaría de Educación dijo no tener cifras. La gobernadora publicó que “los niños evolucionan favorablemente”. Pero nadie explicó por qué se mantuvo el mismo proveedor. Nadie explicó por qué se repitió el esquema. Nadie explicó por qué el contrato valía más que la salud.

La directora de la primaria Héroes de la Reforma, Angelina Díaz Álvarez, emitió un aviso:

“El pollo estaba en mal estado. Si su hijo presenta síntomas, llévelo al médico y conserve la factura. La empresa se hará responsable.”

Una madre en la colonia Alfa Panamericano escribió:

“Mi hija vomitó tres veces. Me dijeron que pidiera factura. ¿Factura? ¿Y el miedo que pasamos?”

Otra madre, en la colonia Guadalajara:

“Mi niño se desmayó. El desayuno era tinga de pollo. ¿Quién responde?”

Lo más irónico —y doloroso— es que el presidente Andrés Manuel López Obrador repitió hasta el cansancio aquella frase que se volvió consigna: “El PRI repartía frijol con gorgojo”. La usó para denunciar el uso clientelar de la pobreza, para exhibir el desprecio institucional por la dignidad alimentaria. Pero bajo su propio partido, Morena, ese frijol con gorgojo se transformó en pollos podridos, servido en escuelas públicas, bajo contratos millonarios, sin auditoría ni ética. La incongruencia no es solo política: es criminal. Porque lo que antes era metáfora de corrupción, hoy se volvió realidad tóxica que intoxicó a 245 niños en Tijuana. Lo que antes se denunciaba como migaja electoral, hoy se distribuye como desayuno institucional. Y lo que antes se señalaba como abuso del PRI, hoy se repite con frivolidad desde el poder que prometió no traicionar al pueblo. Esa traición, en este caso, se mide en intoxicaciones vómitos infantiles, ambulancias y miedo.

Los testimonios se multiplican. Padres indignados, maestros preocupados, niños hospitalizados. Y mientras tanto, el silencio institucional. La empresa sigue operando. El programa sigue vigente. El contrato sigue sin auditoría.

El alimento escolar pasó de símbolo de justicia social a evidencia de cinismo institucional. No se trató de errores logísticos, sino de una estructura que prioriza el contrato sobre la salud, el proveedor sobre el niño, la propaganda sobre la ética.

Esta crónica no busca escándalo: busca memoria. Porque cuando el moche se convierte en desayuno, y el contrato en veneno, no basta con indignarse.
Hay que nombrar, recordar, denunciar.

Desde La Rumorosa hasta la primaria, el trayecto del dinero fue claro. Lo que faltó fue vergüenza. Y lo que sobra es rabia.

Porque cuando el negocio político pone en riesgo la vida de los niños, no hay justificación que valga. Eso es lo que encabrona.

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Jaime Martínez Veloz

Luchador social, politólogo, incómodo al poder, ex legislador.Presidente del Centro de Estudios y Proyectos para la Frontera Norte “Ing. Heberto Castillo Martínez”.

Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx