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Danzar la vida

Es cierto que los huesos duelen y que la disciplina del movimiento al paso de los años nos permite recordar lo que hemos dejado atrás: pensar el cuerpo, pero no debemos dejarlo en el olvido.

En medio del caos de la ciudad, tener tiempo de llegar a un salón de duela, ponerse las zapatillas o descalzarse y empezar a mover el cuerpo lentamente con música de fondo, no tiene precio. Algunas personas en la infancia y juventud han hecho espacio para bailar, otras lo siguen haciendo, para algunas muy pocas, no existe otra forma de vivir.

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Pienso esto mientras descubro que cada vez más personas se interesan en practicar la disciplina de la danza, no importa la edad ni la experiencia. La Escuela Municipal de Danza Contemporánea de Torreón (ESDACONT) abrió cursos regulares para el público en general entre semana y los sábados por las tardes, además de ofrecer las clases de licenciatura en danza por las mañanas.

Hay quienes, con temor, se acercan a los salones de duela en la edad adulta, para recordar y vivir la experiencia de contacto con el propio cuerpo.

Es cierto que los huesos duelen y que la disciplina del movimiento al paso de los años nos permite recordar lo que hemos dejado atrás: pensar el cuerpo, pero no debemos dejarlo en el olvido.

Es necesario que los espacios culturales amplíen su oferta de enseñanza de las artes a todos los públicos. Eso es lo que está proponiendo la ESDACONT a partir de este ciclo.

Este tipo de acercamientos nos permite recordar a las grandes figuras de la danza, a quienes no conocen otra forma de vivir que no sea en contacto con esta forma de expresión. Esta semana salió a la luz la edición de la revista Siglo Nuevo dedicada a la bailarina de danza española Pilar Rioja, que este mes cumple 93 años. Una leyenda aquí, en México y en varios países del mundo, que durante toda su vida se ha de dicado a enaltecer la danza española, como creadora, intérprete y como maestra.

Recordar a Pilar Rioja y su pasión por la danza, me llevó a leer las líneas que escribió el escritor francés Roger Garaudy en el libro “Danzar su vida”.

“¿Qué pasaría si en vez de solamente construir nuestra vida, tuviéramos la locura o lucidez de bailarla?”. El filósofo afirma que la danza no es solo un arte, sino una forma de vivir.

“La danza es una forma de existir. No simplemente juego, sino celebración, participación y no espectáculo; está entrelazada con la magia y la religión, el trabajo y la fiesta, el amor y la muerte. Los hombres han bailado en todos los momentos solemnes de su existencia: la guerra y la paz, el matrimonio y los funerales, la siembre y la cosecha”, escribió.

Roger Garaudy también afirma que “bailar es sentir y expresar, con la máxima intensidad, la relación del hombre con la naturaleza, con la sociedad, con el porvenir y con sus dioses. Bailar es, primero, establecer una relación activa entre el hombre y la naturaleza, es tomar parte del movimiento cósmico y de su dominio”.

Ojalá que nunca se terminen los espacios para bailar, en los salones de duela, en la calle, en los teatros, en las plazas y en cualquier espacio.


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ADRIANA VARGAS

ADRIANA VARGAS es periodista con más de 20 años de carrera. Cuenta con la presea "Roberto Orozco Melo" por trayectoria en periodismo cultural. Es co- autora del libro “Grandiosas: Historia de las Mujeres en Torreón”. Fundadora de la revista digital La Vereda.Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autora, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx