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Consumo responsable, fiesta disfrutable

Las testividades de Noche Buena y Navidad son momentos para disfrutar a la familia, el asueto o descanso, para quien lo tenga, y sobre todo la espiritualidad de un nuevo comienzo, que también es aprovechado en las religiones para reflexionar sobre la fe y, sobre todo. el agradecimiento de salud, vida y prosperidad.

Incluso para quienes no pueden remembrar situaciones positivas, las celebraciones pueden tener el objetivo de ofrecer los sacrificios o sufrimientos para esperar mejores condiciones de vida en el futuro.

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En fin, la noche del 24 y la jornada del 25 de diciembre bien pueden ser una alternativa para estrechar los lazos familiares, perdonar o ser perdonados y sobre todo prevenir situaciones de riesgo para conservar esa convivencia entre familias y vecinos.

Seguramente los problemas que se enfrentan a diario podrían continuar e incluso agravarse, pero el intentar pasar una noche buena en paz y con amor, significaría al menos una esperanza de mejora en el futuro.

Los abusos en general pueden constituir elementos negativos para lograr la convivencia sana y en paz, porque en cualquier modalidad puede acrecentar sentimientos de dolor, enojo y viejos rencores que pueden detonar en conflictos o conatos de violencia.

Los excesos en bebidas embriagantes pueden ser la principal causa para que la noche buena se convierta en noche trágica y es por ello, por lo que quienes acostumbran a beber, lo hagan en forma moderada, responsable y sobre todo sin olvidar el verdadero sentido de la Navidad.

La ingesta desmedida puede provocar que las personas pierdan el control durante la convivencia familiar, que arriesguen su integridad física y las de sus acompañantes y familiares, pero además pueden dejar una huella imborrable en la memoria de las familias.

Nadie queremos pasar la noche buena y navidad en un hospital, en la cárcel municipal o en una funeraria y cementerio, por eso es prudente disfrutar, relajarse y convivir sanamente, si con unos cuantos brindis pero moderados y con el firme propósito que las fiestas navideñas nos guarden recuerdos de alegría, amor y convivencia.

Hoy todos podemos y debemos aplicar la máxima de «Todo con medida, nada con exceso» al beber y comer y sobre todo convivir con la familia para que el nacimiento de Jesús permita consolidar su verdadero significado mientras seguimos en este plano de vida en la tierra.

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CARLOS AGUILAR

Periodista y conductor de noticias con 30 años de experiencia.

Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx

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