Se coloca en la segunda posición entre los estados fronterizos con la mayor tasa de nacimientos en madres de familia menores de edad
Cada día, 22 niñas se convierten en madres en México, una estadística que desnuda una crisis persistente y silenciosa en materia de derechos infantiles y salud sexual. Y mientras el problema afecta a prácticamente todo el país, en la frontera norte destaca Coahuila como la segunda entidad fronteriza con mayor tasa de nacimientos entre menores de edad.
De acuerdo con datos del Gobierno federal y un análisis de la investigadora Montserrat Mora, Coahuila registró una tasa de 13.8 nacimientos por cada 10 mil niñas de 10 a 14 años en 2023. Esta cifra solo es superada en la región por el estado de Chihuahua (20.0), aunque muy por encima de otras entidades fronterizas como Nuevo León (9.9), Sonora (9.5), Baja California (9.6) y Tamaulipas (12.0).
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La magnitud del problema va más allá de los números: implica violaciones a los derechos humanos de niñas que, en la mayoría de los casos, han sido víctimas de abuso sexual, en entornos de violencia estructural, falta de acceso a servicios de salud reproductiva, y desinformación.
El mapa de nacimientos por entidad federativa muestra que los focos más graves de nacimientos en menores de edad están en el sur del país, con Oaxaca (19.3), Veracruz (18.6) y Chiapas (28.3) a la cabeza. Sin embargo, en el norte, donde el acceso a servicios médicos y educativos es mayor, Coahuila destaca con mayores tasas.
La situación es alarmante también por el total de casos: tan solo en 2023, 197 niñas menores de 15 años fueron madres en Coahuila, según cifras oficiales, muchas veces sin que existan procesos judiciales que persigan a los agresores. La normatividad federal y local, que reconoce el embarazo en niñas como una forma de violencia sexual, no se cumple cabalmente.
Especialistas advierten que la persistencia de estos casos está ligada a factores culturales, deficiencias en la educación sexual en las escuelas, y la falta de políticas públicas eficaces para proteger a las infancias.
En Coahuila, aunque existen programas estatales de prevención del embarazo adolescente, los resultados siguen sin ser suficientes. Urge una respuesta integral que articule educación, justicia, salud y políticas comunitarias para revertir esta tendencia.