En contraste, la entidad se posiciona como una de las cinco que más han reducido las plazas laborales
El próximo ajuste al salario mínimo tendrá efectos diferenciados entre las entidades del país y Coahuila se perfila como uno de los estados donde el impacto será mayor, debido a la alta proporción de trabajadores formales que perciben hasta dos salarios mínimos, advirtió el Departamento de Análisis Económico de Grupo Financiero Base.
De acuerdo con información de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), al tercer trimestre de 2025 más del 70 por ciento de los trabajadores formales en Coahuila gana hasta dos salarios mínimos, una proporción que coloca a la entidad entre las más expuestas a incrementos en los costos laborales derivados del alza al salario mínimo y de las nuevas regulaciones sobre jornada laboral.
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El nivel de Coahuila es similar al observado en estados como Chiapas, Tamaulipas, Campeche y Durango, identificados por Base como los más vulnerables a este ajuste.
El salario mínimo y las disposiciones sobre jornada laboral aplican exclusivamente al sector formal, al ser obligaciones establecidas en la Ley Federal del Trabajo (LFT). Este marco legal exige a los empleadores cumplir con el pago del salario mínimo, contratos escritos y afiliación a la seguridad social, lo que implica mayores costos para las empresas ubicadas en estados donde una mayor proporción de trabajadores se concentra en los rangos salariales más bajos.
El análisis de Base subraya que, en entidades como Coahuila, donde una parte significativa de la planta laboral formal se ubica en ingresos de hasta dos salarios mínimos, cada incremento al salario mínimo se traduce en una presión inmediata y generalizada sobre los costos de nómina. Esto contrasta con estados donde la mayoría de los trabajadores formales percibe salarios superiores, y donde el impacto del ajuste es más acotado.
A nivel nacional, el 63.4 por ciento de los trabajadores formales se encuentra en ese mismo rango salarial, pero en Coahuila la proporción es considerablemente mayor, lo que amplifica el efecto del aumento.
RIESGO DE MAYOR INFORMALIDAD
Grupo Financiero Base advierte que este entorno podría incentivar un desplazamiento hacia la informalidad. Ante costos laborales más elevados, algunas empresas formales podrían optar por reducir personal o trasladar parte de sus operaciones al sector informal para evadir las obligaciones de la LFT y la seguridad social.
Este riesgo no es menor. Entre el tercer trimestre de 2024 y el mismo periodo de 2025, el empleo informal creció en 20 de las 32 entidades del país. Si bien Coahuila no se encuentra entre los estados con mayor aumento, sí registró una caída anual cercana a 3.4 por ciento en el empleo informal, lo que sugiere un mercado laboral en ajuste, particularmente sensible a cambios en los costos de contratación.
En contraste, los mayores incrementos en informalidad se observaron en Sonora, Tabasco, Durango, Baja California Sur y Tlaxcala, estados que anticipan el tipo de presión que podría extenderse si el aumento al salario mínimo no viene acompañado de incentivos a la formalidad.
El informe recuerda que los principales beneficiarios del aumento al salario mínimo serán los trabajadores formales. Sin embargo, este universo se ha venido reduciendo. Al tercer trimestre de 2025, 26.5 millones de personas se encontraban empleadas en la formalidad, lo que representa apenas el 44.6 por ciento de la población ocupada total. En términos anuales, el empleo formal cayó en más de 460 mil personas, acumulando tres trimestres consecutivos de retrocesos.
Dentro de este segmento, el grupo más numeroso es precisamente el de quienes ganan más de un salario mínimo y hasta dos, que concentra el 41.2 por ciento de los trabajadores formales a nivel nacional, seguido de quienes perciben solo un salario mínimo, con 22.2 por ciento.
Para Coahuila, el diagnóstico de Base es claro: el aumento al salario mínimo tendrá un impacto significativo sobre el sector formal, al elevar de manera directa los costos laborales en un estado donde la mayoría de los trabajadores se concentra en los rangos salariales más bajos. El reto, advierte el análisis, será evitar que esta presión derive en un mayor desplazamiento hacia la informalidad y en una mayor fragilidad del empleo formal en la entidad.