En , de:

Circo legislativo

Sin carrera política en la capital de la República, con una trayectoria gris y apenas con una elección previa antes de ser gobernador, Rubén Moreira deambula por los pantanos de la política bajo la sombra de Alejandro Moreno. A ellos debe el PRI la mayoría de sus derrotas y haberlo convertido en satélite de Morena, muy lejos del PT y el Verde.

Moreira coordina a 37 diputados, cifra equivalente al 7.4% del Congreso federal. Las declaraciones del pastor tricolor son casi notas a pie de página en la prensa nacional. En Coahuila ocupaban las ocho columnas porque era gobernador. Hoy, para llamar la atención y quedar bien con la derecha, se rasga las vestiduras porque el país está endeudado, en ruinas y en llamas a causa de la violencia. Todo por culpa de Morena —dice—, como si su partido y el PAN no hubieran sido antes Gobierno, y como si él y su hermano hubiesen dejado un estado boyante, unido y con las finanzas saneadas.

Los pleitos de Moreira con el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, son parte del circo legislativo. «Yo hago lo que yo quiero», vociferó el exgobernador en una sesión de la Comisión Permanente. El líder senatorial lo exhortó a terminar su moción, pero sin meter por la puerta trasera la agenda política. Ante la insistencia del priista, Fernández ordenó cerrarle el micrófono, y Moreira, desde su escaño, lo acusó de «fascista». ¿Cuántas veces no actuó igual con la oposición cuando fue gobernador y a la vez líder del Congreso local, presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado y jefe de la Comisión de Derechos Humanos?

Moreira pedía discutir el caso de Teuchitlán (PoliticoMX), donde el narco adiestraba a jóvenes reclutados por la fuerza. ¿Por qué, cuando ocupó la gubernatura, no mostró el mismo interés ni igual preocupación por las masacres de Allende y el penal de Piedras Negras o por las desapariciones forzadas en el estado? También ha pedido suspender los pagos por la deuda del Fobaproa, herencia del Gobierno de Ernesto Zedillo. ¿Por qué no desconoció la megadeuda por 40 mil millones de pesos cuando pudo hacerlo? El mismo Moreira calificó de farsa la elección judicial. ¿No era él quien nombraba a dedo a los magistrados y jueces de Coahuila? La memoria es corta, pero no a tal grado.

La inmunidad parlamentaria permite a diputados y senadores expresarse con entera libertad sin ser reconvenidos. Pero también la utilizan como patente de corso para evadir la justicia por delitos de corrupción y de otra índole. La misma protección les deja usar botarga de dinosaurio, encadenarse a la tribuna o ponerse orejas de burro en las sesiones del Congreso. La detención y el eventual enjuiciamiento de políticos solo ocurre cuando hay declaración de procedencia, lo cual es raro, pues entre ellos se protegen. El caso de Cuauhtémoc Blanco es uno entre muchos. A Moreira no se le ha tomado en cuenta, primero, por sus antecedentes en Coahuila; y segundo, porque, caer en su juego, sería darle una importancia que no tiene.

Ser hermano de gobernador y gobernador le permitió a Moreira, como alardeó en el Senado, hacer lo que le vino en gana porque no hubo, como Noroña en el Senado, quien le bajara los humos. Y así le fue a Coahuila. El morenista, con voz serena, le recordó al escandaloso que esos tiempos ya pasaron. No es lo mismo ser rey de un estado que un diputado entre 500 (y menos si forma parte de una fracción marginal), donde la voz cantante la lleva Morena como el PRI la tuvo durante 70 años.

Comentarios
Gerardo Hernández

GERARDO HERNÁNDEZ es periodista desde hace más de 40 años en Coahuila. Director General de Espacio 4. Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx