Aunque se prevén crecimientos moderados en estos dos meses, el sector sigue mostrando debilidad durante todo el año
Después de un bache, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) estima un repunte leve en el consumo privado durante junio y julio de 2025, según su Indicador Oportuno del Consumo Privado (IOCP). Esta ligera recuperación ofrecería “un respiro” a un sector que ha mostrado debilidad desde mediados del año pasado.
Tras un descenso mensual del 1 por ciento en mayo, el IOCP proyecta un crecimiento de 0.3 por ciento en junio y de 0.6 por ciento en julio. Aunque comparados con los mismos meses del año anterior siguen en terreno negativo (con caídas del 0.1 y 0.4 por ciento respectivamente), este avance intermensual rompe la tendencia bajista que venía afectando al consumo.
El informe de Inegi subraya que este cambio se da “en un momento de fuerte incertidumbre, tanto por la debilidad del empleo como por la caída en la masa salarial real”.
El gasto en bienes y servicios está respondiendo, aunque de manera moderada, a la recuperación parcial del empleo y a una ligera relajación inflacionaria: en junio, por ejemplo, el consumo privado tuvo un avance de 0.1 por ciento, según datos complementarios del mismo boletín.
Este ligero repunte es precario. Las comparaciones interanuales siguen siendo negativas y el consumo tradicional no ha repuntado al nivel de 2024, explica la institución. Además, los analistas advierten que esta mejora podría desvanecerse si no se frena la incertidumbre laboral y las remesas no se recuperan. Es decir: sin una recuperación sólida del empleo formal y un aumento real de los salarios, el respiro será frágil.
Por ahora, el IOCP sirve como una brújula temprana, proporcionando una estimación dos semanas después de concluido el mes, en contraste con el Indicador Mensual del Consumo Privado, que llega con nueve semanas de retraso. Con estos datos al cierre de julio, el consumo privado entra al tercer trimestre apuntando hacia una ligera recuperación.
No obstante, el panorama general sigue marcado por la debilidad. En la primera mitad de 2025, el consumo acumulado retrocedió casi medio punto porcentual frente al mismo periodo del año anterior, una cifra inusual desde la pandemia.
Aunque el repunte del consumo en junio y julio es una buena señal, no basta para revertir el rezago. El desafío para lo que queda de 2025 radica en consolidar ese impulso, apoyado en el mejoramiento del mercado laboral y un entorno económico menos incierto.
En ese sentido, el IOCP adelanta que lo más probable es que el consumo cierre el año con un modesto avance, pero sin recuperar totalmente el terreno perdido.