Pues ahí tienen ustedes que, como adelantamos hace unos días, Cruz Azul no es más que Tigres. Y para Rayados, dijimos, sería peor en el infierno que lo que vivieron en la ida en La Pastora.
Los Felinos pudieron imponer su fútbol, con una compacta defensiva, un mediocampo muy dúctil con Rómulo, Gorri, Bruneta y Láinez que alimentaban de parque a Correa y a un inoxidable Gignac que sigue alargando su vida útil en Tigres.
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Una jugada perfecta en el área del francés al eliminar a los defensores Ditta y Lira, se los quitó de encima con un toque sutil para habilitar a Bruneta y abrir el marcador. Cuando estaban pensando, qué va hacer Gignac, ya lo había hecho. Como Barbadillo en su prime en Tigres. Los defensas sabían que podía irse por fuera, o por dentro, lo que no sabía era en qué momento. Y siempre se iba.
En general fue un partido un tanto ríspido, y si debió irse con la roja Joaquín por un pisotón sobre Márquez, también debió ser botado Rotondi. Sin duda. El silbante, un hombre sin carácter suficiente para poner orden en una cancha, con cinco tipos de cada bando escupiéndole en la cara.
Tigres intentó mucho más y ya no concretó.
De no haber errado su penal la Máquina, con el autogol le habría alcanzado para avanzar, pero no sucedió. Este Cruz Azul, era una maquinita de reloj suizo con Anselmi; se deterioró un poco con Vicente Sánchez y hoy con Larcamón ya juega a lo que les dé la inspiración a Paradella, Faravelli, Charlie o Jeremy… y no siempre brota la magia.
Tigres merecidamente avanzó a la Final y ahora enfrenta a un rival que sufrió ante Monterrey y por casi nada se queda fuera.
Hacer tres goles parece que le daba a Toluca para cabalgar tranquilo hacia el triunfo; pero admite dos y terminan colgados del travesaño para no recibir el tercero.
Pudo ser mejor el desenlace si Monterrey sale desde el principio a atacar, piensan algunos.
Si te parapetas atrás con un arquero; cinco defensas y tres volantes defensivos, un solo creativo y un atacante… y así recibes tres. Algo no jaló.
Torrent puede intentar explicar lo que quiso hacer. Tampoco es que en la banca hubiera material de primera para cambiar las cosas, pero…
No puedes, desde la formación de arranque, mostrar tus miedos.
Tal vez la raza hubiera preferido morir peleando, no saliendo desde el silbatazo inicial, a arrinconarse a recibir madrazos.
Pero la raza no dirige ese equipo. Ese partido lo dirigió Torrent.
Ahora, también parémonos del otro lado de la mesa para ver otra perspectiva.
Si por ahí del mágico minuto 93 cae otro de Berte (con la misma alineación y el mismo funcionamiento) estarían pidiendo una estatua del DT español afuera del estadio.
¿A poco no?
Con todos los equipos «grandes» ya viendo esto por TV, un equipo regio va por otra Copa.
¡Sí, señor!

Reynaldo Márquez
Periodista desde hace más de 35 años en el norte de México. Ha colaborado en El Norte, ABC y otros medios.
Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx
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