Con el T-MEC, ambos países han reforzado su vínculo comercial, pero ahora pudieran necesitar un acuerdo bilateral
La alianza comercial entre México y Canadá se ha fortalecido de forma significativa y estratégica. Aunque el volumen total de comercio bilateral es menor al que ambos países mantienen con Estados Unidos, la relevancia del intercambio para México es mayor de lo que su participación porcentual sugiere. Así lo revela el informe ¿Qué implica el T-MEC en la relación México-Canadá?» elaborado por Monex Grupo Financiero.
En 2024, México exportó a Canadá aproximadamente 18 mil 856 millones de dólares, importando unos 12 mil 263.1 millones, lo que resultó en un superávit comercial de 6 mil 592.9 millones de dólares.
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Para los primeros ocho meses de 2025, el superávit ya alcanzaba 6 mil 563.4 millones de dólares, equivalente al 99.6 por ciento del total de 2024, lo que sugiere que la cifra para 2025 podría cerrar en un nuevo máximo histórico.
El eje clave de esta fuerte relación comercial es la industria automotriz. Siete de los diez principales productos que México exporta a Canadá pertenecen a este sector, y su composición es altamente especializada: automóviles y otros vehículos representan el 29.8 por ciento del total de exportaciones mexicanas hacia Canadá; vehículos de motor para transporte de mercancías el 10.5%; partes y accesorios de vehículos automotores el 6.0%; motores de pistón, rotativos o alternativos el 5.6%.
Por el lado de las importaciones desde Canadá, México adquiere principalmente partes y accesorios de vehículos automotores (13.9%), iniciadores y aceleradores de reacción y preparaciones catalíticas (5.6%), motores de pistón (4.5%) y automóviles terminados (3.7%).
Este patrón evidencia una cadena productiva profundamente integrada entre ambos países, con México beneficiándose de menores costos de producción y laborales, y Canadá proveyendo insumos clave para el ensamblaje automotriz.
El crecimiento de la relación comercial se ha sustentado en parte por el impacto del T‑MEC, el tratado trilateral entre México, Canadá y Estados Unidos: las reglas de origen más estrictas en el sector automotriz favorecieron la relocalización de cadenas de suministro en la región, beneficiando a México.
Sin embargo, existen claros retos. La revisión del T-MEC programada para julio de 2026, combinada con la retórica proteccionista del presidente Donald Trump —quien ha planteado la posibilidad de reemplazar el tratado por acuerdos bilaterales— genera incertidumbre sobre el futuro del comercio trilateral.
Monex advierte que, si México optara por un acuerdo individual con Estados Unidos que excluya a Canadá, la ventaja competitiva acumulada podría perderse y la integración automotriz regional podría debilitarse.
La relación comercial México-Canadá está avanzando con velocidad y sentido estratégico, y el sector automotriz se perfila como su corazón operativo. Aunque el volumen de comercio bilateral aún no alcanza al que México mantiene con Estados Unidos, su impacto sobre la balanza comercial, la integración de cadenas productivas y la entrada de divisas es significativo. Frente a los retos del entorno —como la revisión del T-MEC y la dinámica proteccionista regional— México deberá consolidar su ventaja competitiva para asegurar que este “acelerador” bilateral no disminuya su ritmo.