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A bote pronto

Un escándalo tapa a otro y siempre habrá un político que apueste a que mañana se olvidarán sus tropelías o su ineptitud.

Salvo en momentos excepcionales, los medios de comunicación, los partidos políticos y los gobiernos cuentan con dinámicas propias y diferentes entre sí, situación que en ocasiones los lleva a enfrentar sus intereses y generar roces, tanto que entre los medios de comunicación se considera un tinte de orgullo incomodar a los otros dos actores.

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Los medios de comunicación tratan de presentar información no solo relevante, sino además que sea nueva, o por lo menos lo parezca. Esta situación genera una dinámica tal que, como se señalaba en los tiempos en que los medios impresos eran los reyes: “nada hay más viejo que el periódico de ayer”. Hoy podríamos decir que nada hay más viejo que la nota de hace una o dos horas, la cual ya fue sustituida por otra nueva y así sucesivamente.

Considero que de ahí se genera la queja de que los medios no dan seguimiento a notas que podrían ser potencialmente escandalosas y costosas en términos electorales para los diferentes niveles de gobierno. Que actúen a bote pronto.

Así, los escándalos de corrupción que hace unos meses ahogaban a Morena y al gobierno emanado de este partido, hoy parecen tan lejanos que ya casi nadie los retoma más que como comentarios colaterales a otros, nuevos, hechos potencialmente escandalosos.

Para bien y para mal, en ese contexto deben desenvolverse los creadores de contenidos, incluyendo la llamada “comentocracia”, compitiendo por la atención de quienes consumen productos de los medios de comunicación, tanto tradicionales como alternativos. Reaccionando a lo inmediato, casi sin importar el largo plazo.

De ahí que no sea extraño que aún analistas que cuentan con un bagaje cultural y académico importante, deben someterse a los requerimientos de sus medios y abordar los temas de “actualidad”, incluyendo aquellos que los gobiernos lanzan como globos sonda para desviar la atención de sus errores o fallos.

En palabras que Quino puso en boca de Mafalda: “lo urgente no deja tiempo para lo importante” y eso es aprovechado por los gobiernos y los partidos políticos que ven en esa dinámica mediática la oportunidad de evadir responsabilidades o cobros de yerros que, de otra forma, podría costarles su derrota en las urnas.

Es cierto que la arena mediática no es toda la realidad en que se desenvuelve el drama político, hay varias dimensiones más en las cuales los actores de ese drama deben trabajar, pero la esfera mediática es importante para ellos, sobre todo cuando se busca trascender el puesto que actualmente ocupan, ya que siempre habrá registro de sus hechos y sus dichos.

Mientras los partidos buscan alcanzar el poder y posteriormente mantenerse en él, los medios tienen como objetivo reflejar la realidad que les rodea, a menos que tales medios sean o representen, también, a diferentes grupos de interés.

Por su parte, los gobiernos intentan actuar sobre la realidad de su esfera de atención de forma tal que sus partidos ganen la próxima elección, a menos, cosa extraña, que en el gobierno se encuentre un estadista a quien realmente le importe la calidad de vida de los gobernados.

En fin, que por eso verá usted que un escándalo tapa a otro y que siempre habrá un político que apueste a que mañana se olvidarán sus tropelías o su ineptitud.

Y en eso seguimos.

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Juan Palacios

JUAN PALACIOS es educador de profesión, periodista por vocación. Editorialista en La Moneda, ABC, El Porvenir y Radio Alegría, en Monterrey.

Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx

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