Los sueños

Antes de que se me olvide, ya que los sueños son bellos y fugaces, parecen meteoritos o bólidos que se presentan de súbito en un cielo despejado, de una noche sin luna y de preferencia fuera de las ciudades, son muy breves, nos impresiona su belleza.

Sin embargo, su presencia nos pone de manifiesto que una historia tuvo, historia tan inexpugnable e inalcanzable que nos frustra de manera notable… por andar de rollero ya se me está olvidando, y para que eso no ocurra recién despertados me permito escribir al respecto. 

El caminar ha sido de siempre nuestra actividad física preferida por buena, bonita, barata, sencilla y muy eficaz. Hay múltiples estudios científicos al respecto, no es el tema de momento, lo tocaremos después. 

El punto es que no es lo mismo caminar 5 que 15 kms. 

Se requiere tiempo, disposición y tranquilidad dentro de uno mismo, por lo general igual es caminar alrededor de la manzana de nuestro domicilio que ir a Chipinque. 

En Lampazos de Naranjo, NL, caminábamos entre 15 y 20 kms diarios, conocimos la magia del territorio caminando. Por poco más de tres años lo hicimos y eso nos permitió superar la pandemia favorable y exitosamente. 

Bueno, de una caminata se trató mi sueño: en la caminata de marras no era el único, caminaba y caminaba, así como corría Forrest Gump en su película, así caminaba yo, acompañado por gente cercana, hombres y/o mujeres, Jacobo cuando íbamos a Chipinque, mi ex mujer en La Fortaleza de Hohensalzburg, solo muchas veces, a veces había gente, a veces no, los ambientes y entornos muy variados, desde muy boscosos, variados en cuanto a población arbórea, maleza como en el sureste, abundantes pinos como en Flagstaff en Arizona.

La particularidad de mi sueño adquirió importancia cuando una doctora de apellido Pedrero, conocida recientemente por nosotros en la Barca, Jalisco, se me emparejó y caminamos a buen paso de subida en un trayecto semejante a la subida del castillo de Neuschwanstein, cerca de Múnich, la plática se centró en la salud.

«¿De qué depende la Salud?» 

• De la forma como llevamos nuestra vida, de nuestra realidad manifiesta y de nuestra realidad latente.
• ¡Ah! Concluimos. 
• «Yo como mi alimento sin ponerle sal a la comida desde 1973, en que salí de la escuela de Medicina, lo tomo en forma perenne por más de 40 años», me contestó ella. 

Ya de bajada del cerro me pregunta:

• «¿Cómo se refleja su salud?, ¿puedo presumir? «
• Contesté: Claro, somos personas maduras dedicadas a la salud. Pues como ve camino y puedo tener un promedio de 5-8 orgasmos por semana,
• «No me sorprende», contestó, «se refleja en su cara». 
• «Yo tomo una pastilla homeopática para tranquilizarme si me ataca una súbita avalancha de hormonas», me dijo, «de hecho traigo una, se la regalo». 

Yo traía una bolsita de fruta y sueros y súbitamente se empezaron a derramar por un extremo de la bolsita, y me dijo:

• «Me da la impresión de que la pastillita no va a funcionar, mejor vámonos a otro lado». 

Ahí me desperté.

Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajena a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx