El papa Francisco fue una de las voces que más condenó directamente a los abusos sexuales dentro de la Iglesia Católica. Durante su papado, un nuevo escándalo de los Legionarios de Cristo le explotó, teniendo a México como epicentro.
En diciembre de 2019, la Congregación dio a conocer un informe pormenorizado sobre los abusos sexuales cometidos por sus integrantes, principalmente en contra de menores de edad.
En este ‘mea culpa’ titulado Informe 1941-2019 sobre el fenómeno del abuso sexual de menores en la Congregación de los Legionarios de Cristo desde su fundación hasta la actualidad, los Legionariosindican que 60 de los casos son atribuidos al propio fundador de la congregación, Marcial Maciel, mientras que los 115 restantes involucran a otros 32 sacerdotes. Las víctimas, en su mayoría, eran niños adolescentes entre los 11 y 16 años de edad.
Del total de 33 sacerdotes identificados como agresores:
-11 abusaron de entre dos a cinco víctimas
-9 abusaron de manera repetida a una sola víctima
-5 atacaron a entre seis y diez menores
-4 abusaron una única vez de una sola víctima
-2 incurrieron en abuso mediante medios virtuales
-1, ya expulsado del estado clerical, es responsable de al menos 13 casos conocidos
Al menos, siete de estos clérigos han fallecido.
El informe fue elaborado por la Comisión de casos de abuso de menores del pasado y atención a las personas implicadas, un organismo interno creado para investigar las denuncias, documentar los hechos y establecer medidas de reparación y prevención.
Según el reporte, en 45 casos se ha brindado algún tipo de acompañamiento y acciones de reparación del daño a las víctimas. La congregación afirma que el objetivo de este informe es funcionar como un diagnóstico que permita implementar un enfoque preventivo frente a los abusos, además de generar “conciencia institucional” sobre la gravedad de los hechos.

EL ‘COSCORRÓN’ DE FRANCISCO
Dos meses después de revelarse este informe, el Papa Francisco advirtió en febrero de 2020 que los Legionarios de Cristo todavía enfrentaban un largo proceso de transformación, al señalar que los 10 años de rehabilitación ordenados por el Vaticano no han sido suficientes para erradicar las influencias nocivas del fundador, el sacerdote abusador Marcial Maciel.
Durante un discurso dirigido a los nuevos superiores de la orden, el pontífice subrayó que queda por delante “un campo muy vasto” de trabajo para sanar y corregir profundamente los problemas internos de la congregación.
Francisco los instó a avanzar “enérgicamente en lo sustancial, dulcemente en los medios”, dejando en claro que el proceso de reforma no solo debe centrarse en estructuras, sino en una transformación más profunda y sostenida.
“Un cambio de mentalidad requiere mucho tiempo de asimilación en los individuos y en una institución. Por eso, es una conversión continua”, expresó el Papa, aludiendo al desafío de renovar la cultura interna de la congregación fundada por Maciel, cuya historia de abusos ha dejado una profunda herida en la Iglesia.
FERNANDO MARTÍNEZ: EL ‘DISCÍPULO’ DE MACIEL
Fundada en México, la congregación de los Legionarios de Cristo se ha expandido a lo largo de las décadas y hoy cuenta con presencia en 21 países, con fuerte arraigo en América Latina. Con un modelo educativo de 150 colegios de educación básica, 21 instituciones superiores y nueve universidades, agresores sexuales aprovecharon estas instituciones educativas para cometer abusos.
Fernando Martínez fue un legionario que dirigió varios de estos colegios en ciudades como Ciudad de México Cancún y Saltillo; en las tres ciudades fue señalado por cometer abusos sexuales, según los documentos de los Legionarios. En total se le señalan por 13 agresiones sexuales.
La primera persona que denunció a Martínez fue Analú Salazar, una presentadora de radio y televisión, quien lo señaló por haber abusado de ella en 1991 cuando era estudiante del Instituto Cumbres Cancún. Además de Salazar se conoce de otras cinco agresiones.
“No me cansaré de luchar y de gritar que ese hombre debe estar en prisión con todos los que encubrieron sus abusos, los que callaron, me denigraron y me llamaron sucia por acusarlo.
“Para mí no habrá justicia ni cesará la impunidad hasta que quien quebró mi vida pague por lo que hizo, hasta que sea sentenciado por un juez. Exijo que el abuso contra niños se considere [crimen] de lesa humanidad para que no haya manera de proteger a estos depredadores”, le dijo en febrero de 2020 a medios nacionales.
Previamente, Martínez cometió al menos un abuso en Ciudad de México, en el Colegio Cumbres de Lomas, en 1969.
Tras el señalamiento en la capital del país, Martínez llegó a Saltillo para ser superior de comunidad y director del Colegio Cumbres.
“Alrededor del 2008, un sacerdote se enteró de un comportamiento inadecuado o un posible abuso ocurrido en Saltillo entre 1974 y 1976.
“El P. Martínez fue confrontado con esta acusación en 2019 y niega que haya cometido algún abuso durante este periodo. Las investigaciones por el particular hasta ahora no han podido aportar más información”, se señala en la página 2 de un documento especial sobre el comportamiento.
En medio de la ola de señalamientos, en diciembre de 2016 –y luego de vivir en España- Martínez es trasladado a Roma, en donde “no tiene contacto con menores ni ejerce ministerio sacerdotal público”.
En enero de 2020, los Legionarios le retiraron el estado clerical a Martínez, luego de publicarse el ‘mea culpa’ de la congregación.
Posteriormente, en julio de 2023, el entonces ex sacerdote murió en Italia, sin nunca haber afrontado a la justicia.
“Murió impune (…)”Jamás hubo justicia y verdad para más de 50 años de violaciones de niños, niñas y adolescentes. Violaba en los colegios y el Estado mexicano lo protegió», escribió Analú Salazar, víctima del sacerdote, en sus redes sociales.