Y Claudia, ¿cómo está? Tranquilita. O, ¿no?
Claudia Sheinbaum llega a su primer año de gobierno con un dilema sin resolver: apoyar a AMLO, su mentor, aunque sea forzada a cogobernar el país con él y corra el riesgo de hundirse ambos para arruinar la construcción del segundo piso de la 4T; o tomar distancia de él, encarcelando y extraditando a los personajes morenistas inscritos en la lista del Departamento de Estado estadounidense y restringiéndolo a su hacienda en Palenque, para ejercer así el poder presidencial de manera unipersonal y sin presiones externas, como le corresponde.
Si Claudia no opta por elegir un camino en dicho dilema, Estados Unidos —ahora bajo el prisma de su presión— acompañada de las cámaras empresariales que esperan la renegociación del T-MEC— asfixiará su capacidad de maniobra para gobernar y, al final, será obligada a entregar a dichos personajes a las autoridades estadounidenses y a derribar el muro de contención que protege, hasta el día de hoy, a Andrés Manuel López Obrador.
LEE MÁS DEL AUTOR LUIS GARCÍA ABUSAÍD
¿Cuál sería el costo electoral de esa decisión forzada por Estados Unidos contra Claudia? Muy negativo, porque pondría en grave riesgo la edificación de la 4T en el corto, mediano y largo plazo.
En esencia, Claudia no tiene salida, excepto decidir sobre la alternativa que tendrá el menor costo político electoral para ella y su movimiento. Las opciones son dos: resistir abrazada a su “cabeza de algodón” y caer al abismo de la ignominia con él o fluir con los Estados Unidos para asestar el golpe de muerte, inevitable, a los morenistas, incluido su propio mentor, vinculados de distintas maneras a los cárteles denominados terroristas por el Departamento de Estado.
Mientras la respuesta estadounidense a dicho dilema corre su tiempo, la gestión del primer año de Claudia es ampliamente aprobada por los mexicanos.
Encuestas recientes califican su mandato con un 75 por ciento —promedio— de aprobación (El Financiero, abril y septiembre 2025; Enkoll / El País y W Radio, agosto 2025; Mitofsky, junio 2025; Buendía & Márquez / El Universal, mayo 2025, y Las Heras, septiembre 2025).
La pregunta obvia es: ¿Cómo es posible que Sheinbaum obtenga ese porcentaje de aprobación tan alto con un alto endeudamiento y bajo crecimiento económico para este año y el próximo; un descalabro puntual de las obras faraónicas de AMLO (Tren Maya, refinería Dos Bocas, Mexicana de Aviación y el AIFA, entre otras); una vinculación documentada de personajes morenistas enriquecidos por el sobregasto en infraestructura fiscal; una pugna sistemática entre ella y morenistas leales a AMLO; un territorio territorial del crimen organizado en la mayor parte del país y una guerra civil en Sinaloa que parece no tener fin?
Siete factores podrían explicar el alto porcentaje de aprobación de Sheinbaum en este primer año como Presidenta. (1) Más allá de las interpretaciones de sus discursos o del “efecto luna de miel”, la cuarta transformación no ha muerto, su narrativa aún se sustenta en el sur y centro del país. Mientras Claudia no los traicione con el FMI, su fidelidad —una parte importante de la base morenista— seguirá otorgando su confianza.
(2) Sheinbaum ha proyectado una imagen racional, científica y serena, en contraste con el tono más combativo de AMLO. Esa diferencia no genera rechazo, sino que refuerza la percepción de madurez institucional que tranquiliza a sectores urbanos, empresariales y de clase media. (3) La permanencia y ampliación de los programas sociales que dan certidumbre económica a millones de familias mexicanas.
(4) El manejo discreto y prudente de los conflictos internos de Morena con grupos radicales, diputados federales, senadores, gobernadores y el propio AMLO. (5) El manejo pragmático con Estados Unidos. Más allá de fuertes tensiones, no ha habido crisis irresolubles —de diplomacia o en temas como migración, narcotráfico, energía o seguridad pública—.
(6) Un entorno mediático controlado y favorable: los medios públicos y muchos digitales mantienen una narrativa positiva de su gestión presidencial, y claro, (7) la ausencia de una oposición política estructurada y con agenda que más allá del círculo rojo, como clase política no puramente mediática y digital.
¿Por cuánto tiempo gozará Claudia de esta aprobación tan alta? Hasta que Estados Unidos resuelva, por ella, su dilema desde líneas arriba.
MÁS EDITORIALES Y ARTÍCULOS EN ASÍ DICE

Luis García Abusaíd
Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx